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La calabaza es, sin duda, el alimento más icónico de la noche de Halloween. Pero no solo de esa noche, sino de toda la estación de invierno. Con la llegada del frío adquiere un magnífico sabor que es capaz de potenciar una gran cantidad de platos, como la crema de calabaza (ideal si le añades cúrcuma), el risotto con calabaza asada o el pavo con puré de calabaza. “También es idónea para incluir en recetas dulces como la tarta de calabaza o el pastel de chocolate y calabaza”, aconsejan los expertos en nutrición de Metropolitan.
No exactamente igual que la de verano
“La calabaza de invierno es mucho más dulce que la de verano y contiene un poco menos de agua. Pero, aun así, sus propiedades son muy similares y ambas tienen beneficios nutricionales interesantes en ambas épocas del año”, asegura la doctora Conchita Vidales, responsable del servicio de nutrición de la Clínica Martín del Yerro. Entre ellas, cabe destacar su aporte de agua, “lo que la hace apta para incluir en planes nutricionales bajos en calorías. Así como complemento en tratamientos de belleza por sus aportes en hidratación para la piel. Además, es muy rica en fibra, de vital importancia para el cuidado de nuestra microbiota, inmunidad y tránsito intestinal”, añade la experta.
¿Qué beneficios tiene para la piel?
La calabaza pertenece a la familia de las cucurbitáceas. Te sonará a chino pero es la misma familia a la que pertenecen el calabacín y el pepino. “Toda esta familia tiene unas propiedades nutricionales que las convierten en auténticos aliados en la belleza. En concreto, son ricas en betacaroteno (activo que le confiere el color anaranjado), que se transforma en vitamina A, un gran antioxidante para combatir el envejecimiento”, explica la doctora Vidales.
Contiene vitaminas como la A, C, E y K, enzimas y alfahidroxiácidos (AHA), además de minerales como el magnesio, el potasio y el hierro. “Su riqueza en vitaminas antioxidantes, entre las que se encuentran la A y la C, hacen de la calabaza un ingrediente esencial en la reparación de los tejidos y tratamientos antienvejecimiento. Además de aportar hidratación a nuestra piel”, comenta la Dra. Vidales. También se le atribuye la capacidad de reducir las líneas de expresión y las manchas, detoxificar la piel y eliminar las células muertas, luchar contra los radicales libres y potenciar la luminosidad cutánea.
¿Cómo es mejor consumirla?
“Se puede utilizar en cremas suaves que podemos enriquecer con otras verduras como el puerro o la cebolla y, además, se presta a condimentar con superalimentos antiinflamatorios como la cúrcuma y el jengibre. También podemos incluirla cruda en licuados junto con otras frutas como la naranja”, sugiere la nutricionista.
Un consejo: es mejor elegir aquellas que tengan la piel más dura y sean de un tamaño manejable.
Mascarilla facial limpiadora & detox con calabaza (13,75 €) de Apivita. Contiene enzimas y aceite de semilla de calabaza. Detoxifica, rejuvenece y elimina las células muertas y el exceso de sebo.
Mascarilla facial detox con calabaza (3,50 €), de Apivita. Con enzimas de calabaza exfolian con suavidad eliminando la suciedad y las células muertas. Y proporciona una textura más uniforme.
Mascarilla de Calabaza para la Ducha Instant Radiance (20 €), de The Body Shop. Mousse de calabaza batida, limpia, exfolia y actúa como mascarilla. Deja la piel radiante.
Pumkin Pumpkin Bomba de Baño (6,50 €), de Lush. Bomba de baño con un intenso aroma a tarta de calabaza molida en polvo, rica en vitaminas A, E y C. Deja la piel suave y flexible.
Pumpkin Sheet Mask(8 €), de Lush. Contiene puré de calabaza que ayuda a dejar la piel tersa, suave y luminosa.
Mr Pumpkin Face mascarilla facial (12,50 €), de Lush. Mascarilla de puré y semillas de calabaza repleto de vitaminas para dejar la piel suave, flexible y luminosa.
Amor Sáez es periodista colaboradora de ELLE y ELLE.ES, especialista en belleza, salud, fitness y nutrición. Experta en medicina estética, cirugía estética, dermatología y estética. En el año 2018, la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) le otorgó el premio “Profesor Juan Ramón Zaragoza” por su labor periodística. Casi todo el mundo en el sector médico la conoce –cirujanos, médicos, dermatólogos, esteticistas-. Su gran pasión es hacer artículos de investigación, contar con fuentes reputadas, contrastar la información y poner siempre todo en duda, probarlo y experimentarlo antes de contarlo o recomendarlo.
La duda, el escepticismo y las ganas de saber siempre más le corren por las venas. Le gusta profundizar en los temas, no quedarse en la superficie, y darle un enfoque serio y científico a la belleza, que lo tiene.
Miembro del jurado de los Premios de la Academia del Perfume 2022, miembro del jurado de los premios de belleza AR 2018 y miembro del jurado Premio L’Oréal en la Mercedes-Benz Fashion Week 2016. Empezó haciendo Sociedad, Economía, Cultura y Deporte en Cambio 16. Uno de sus reportajes fue reproducido en ‘Le Courrier International’ y ha sido entrevistada en ‘Radio Francia’, COPE Cool, Radio Intereconomía (espacio Belleza Capital) y Decisión Radio (espacio ¿De qué hablo cuándo hablo de belleza?), entre otros medios.
La vida quiso que terminara escribiendo de belleza y salud y lleva 20 años colaborando en ELLE y ELLE.ES. También ha colaborado en otras revistas del grupo Hearst (Cosmopolitan, Women’s Health, Men’s Health, Runners, Esquire, Crecer Feliz). Y ha publicado artículos en otras webs y revistas femeninas del sector como Vanitatis y YO DONA.
Es licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en Comunicación y Gestión Política por la misma universidad.
